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viernes, 6 de agosto de 2021

MACONDO: PARAÍSOS LITERARIOS PARA ESTAS VACACIONES (IV)

 


Macondo no aparece en los mapas y nadie sabe muy bien dónde se encuentra, aunque son muchos los colombianos que dicen orgullosos que perfectamente podría ser su pueblo. El caso es que de hallarlo en algún lugar, lo haríamos cerca de la costa caribeña, bajo montañas nevadas, entre ciénagas, manglares, selvas y bosques, rodeado de las plantaciones bananeras que trajeron la prosperidad económica a la zona, aunque quien sabe si con la crisis económica del país en los 90, ya habrán sido sustituidas por plantaciones de cocaína. Lo que sí está claro es que si usted quiere llegar a Macondo debe pasar antes por Cien años de soledad o puede intentarlo orientándose por el canto de los pájaros. Así lo logró el gitano Melquiades. 

 


En cualquier caso, viaje con poco equipaje. Macondo es una caja de sorpresas y encontrará cosas que ni siquiera podría imaginar. Todo es real y todo es mágico a la vez. Eso sí, traiga ropa ligera y cómoda. En Macondo hace calor y el sudor se pega a la camisa como un segunda y pesada piel, las casas no tienen aire acondicionado y el bien más preciado es el hielo. El clima es tropical, con lluvias abundantes durante todo el año. Y es que no hay nada más bonito que ver llover en Macondo. Por supuesto, puede hacerlo a través de una ventana, pero si tiene ocasión salga a la calle y dejé que la lluvia le empape bien por dentro y por fuera. ¿Qué podría pasarle? ¿Que pillase un resfriado? ¿Qué se complicase? ¿Que la acabase palmando? ¿Qué le tuviesen que enterrar allí? No se preocupe. En Macondo los milagros existen y nadie se muere del todo, los fantasmas se aparecen en las cocinas para enseñarnos una receta o darnos consejos sobre con quien casarnos. Lo que sí ocurre en Macondo es que la sangre se calienta con cierta facilidad. Debe ser el clima. Las disputas son permanentes y la paz siempre es transitoria. Hasta 37 guerras se contabilizan en sus anales. Todo el mundo tiene un coronel o un teniente en la familia, aunque algunos no se acuerden de escribirles. Ándese con ojo, algunos lugareños suelen ir armados y las deudas de honor se saldan a balazos. Pese a todo la longevidad es alta y muchos de sus habitantes alcanzan los cien años.

 


Cabe resaltar su peculiar gastronomía, reconocida en todo el mundo. Famosos son dulces de leche, dignos del último deseo de un condenado a muerte, su café, por supuesto, y su chocolate, capaz de hacerte levitar de felicidad. Mención aparte merecen sus famosas galletitas y sus pececitos azucarados. Entre sus afamadas delicatesen figuran también los huevos de iguana. También recomendamos probar su cerveza y su ron. 

 

 

En cualquier caso, si no es capaz de encontrar Macondo, siempre puede probar a llegar a Aracataca, pueblo natal de Gabriel García Márquez, donde todo recuerda a la cultura macondiana. Hace unos años se realizó un referéndum entre sus habitantes para cambiar su nombre por el Macondo. Sin embargo, la propuesta no salió adelante, porque en realidad Macondo no está en ningún lugar o, mejor dicho, está en muchos lugares, porque todos tenemos nuestro particular Macando y, como dicen los gitanos, para llegar hasta allí solo hay que orientarse por el canto de los pájaros.

 

 

 

Moneda: peso colombiano

Clima: tropical

Idioma: castellano

Más información en Cien años de soledad, en toda la obra de García Márquez y en la oficina de turismo de Colombia.

 

Otros paraísos:

 

COMALA: PARAÍSOS LITERARIOS PARA ESTAS VACACIONES (III):

 

RIVENDELL: PARAÍSOS LITERARIOS PARA ESTAS VACACIONES (I):

 

ITACA: PARAÍSOS LITERARIOS PARA ESTAS VACACIONES (II):

 

 

 

 

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