NOS GUSTABAN LAS PERSONAS
Nos gustaba llamar por tel éfono y que nos respondiese una persona, en lugar
de que un contestador automático nos pregunte la fecha de nuestro cumpleaños,
como quien pregunta los ríos de España o las capitales de Europa. Nos gustaba
ir al banco y sentirnos importantes, aunque después de los buenos días y veinte
minutos esperando nadie nos hiciese caso. Nos gustaba hacer cola en el
supermercado y enfadarnos, porque la fila de al lado siempre iba más deprisa
que la nuestra y, cuando parábamos en una gasolinera, nos gustaba que alguien nos
saludase y nos preguntase si queríamos súper o diesel, aunque a veces tuviese una
mancha de grasa en la camisa y le hubiese abandonado el desodorante. Nos
gustaba enterarnos del tiempo en los ascensores, pega fuerte el verano, parece
que va a llover, a ver si llega ya el calor, y no tener que comprobar en el
móvil la temperatura que iba a hacer al día siguiente. Nos gustaba que los
camareros nos dijesen si queríamos la leche fría o caliente, aunque luego
la pusiesen como les diese la gana. Nos gustaba que al abrirse la barrera de la
autopista alguien, a quien no conocíamos, nos desease buen viaje. Nos gustaba
comprar el billete de metro en la taquilla y que nos perdonasen 5 céntimos
porque no tenían cambio. Nos gustaba que las dependientas de las tiendas de
ropa nos dijesen que la camisa que nos acabábamos de comprar nos sentaba
fenomenal, aunque fuese mentira, y no tener de elegir la talla y el color en
una web para recibir 3 días después una encuesta de satisfacción por correo
electrónico. Nos gustaba que el acomodador nos guiase hasta nuestra butaca del
cine con su linterna, que los libreros nos recomendasen libros, que el tipo del videoclub nos preguntase si nos había gustado la película que acabábamos de
devolver. Nos gustaba parar a la gente por la calle para que nos indicasen cómo se
llega a tal o cual sitio, y no tener que buscarlo en el GPS. Nos gustaba
mirarnos a la cara en lugar de a las pantallas. Por eso, a veces me pregunto si
no nos estaremos convirtiendo en otra de esas estúpidas máquinas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario