(A todos mis amigos runners o
corredores, o como se diga)
corredores, o como se diga)
Un hombre
empuña una lanza y empieza a correr tras un ciervo que, ajeno a lo que pasa a
su alrededor, pasta en el campo. El ciervo huye y el hombre lo persigue por el
bosque, alejándose de su cueva, hasta la calzada de piedra y los campamentos
romanos que se han instalado en el valle. Continúa corriendo por los trigales,
ante la mirada incrédula de los campesinos; por los prados repletos de cuerpos
mutilados, bajo las dentaduras de los castillos que se adueñaron del paisaje.
Corre, alzando su azada para enfrentarse a los franceses; en paralelo al
ferrocarril que las minas y la revolución industrial trajeron consigo; tras las
huellas de los poetas que huyeron de la guerra y el hambre. Y sigue corriendo,
atraído por el humo de las fábricas y las luces de las ciudades; corre al salir
de la facultad, con los libros bajo el brazo, para alcanzar a la chica del
abrigo rojo; corre delante de los grises, empujado por sus ideales; corre por
los pasillos del hospital para ver nacer su hijo.
Y corre por
el placer de correr, con un dorsal grapado a su estómago, por un bosque, donde
un día, ya lejano, comenzó a correr, tras un ciervo que pastaba en el campo.
Este microrrelato ha sido seleccionado en diciembre en el concurso de La Microbiblioteca.
La ganadora del mes
en castellano fue Asun Gárate con su Instinto Maternal y en catalán Imma Torné
Sans con L’abellot.Podéis leerlos aquí.
En castellano también
fueron seleccionados Amor Chacinero, de Miguel Ángel Flores, Parte Médico de
Joaquín Valls y La familia es primero de Kalton Harold Bruhl.Podéis leerlos aquí.
Estoy muy feliz de colarme de nuevo en La Microblioteca y hacerme un huequecito en su libro.