La huida
Se durmió soñando que él también podía volar, que surcaba el cielo formando parte de una gran uve sobre un fondo naranja, rumbo a tierras más cálidas y acogedoras, que dejaba atrás los rascacielos nevados, las campos de antenas, los ríos de coches y las interminables praderas de ladrillo y cemento que se extendían en el horizonte, que traspasaba fronteras sin necesidad de documentos, que cruzaba mares sin temor a ahogarse. Lo encontraron cuando ya amanecía, sobre un lecho de cartones y periódicos. Tenía una herida en el costado y todavía respiraba.
Con este texto me uno a la III Primavera de Microrrelatos Indignados. Podeis conocer más sobre esta iniciativa y leer otros microrrelatos en: La colina naranja
Muy bueno, Ernesto, denuncias muchas cosas en tu texto, como la explosión de la burbuja, las grandes construcciones insolidarias con la gente de la calle, los esqueletos de urbanizaciones (con los consiguientes ahorros tirados a la basura) e incluso la medicidad e incluso la violencia de la calle. Y todo esto en un micro, felicidades.
ResponderEliminarEste asalto lo ganas por k.o. Ernesto. De cuando no nos queda más que los sueños. Y ese "respiraba" final que nos deja un inquietante futuro por delante...
ResponderEliminarAbrazos desde el alambre.
Poético, Ernesto. Cuando lo leía se me venía a la cabeza la palabra evasión, no sé porque. Un abrazo
EliminarLa sociedad que ya no deja a nadie respirar. Felicidades, muy bueno.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Ya ni morir diría yo que dejan, ni soñar. Muy bueno, Ernesto... ¡volemos!
ResponderEliminarAbrazos
Muy bueno.
ResponderEliminarMe gusta mucho Ernesto. Llevo unos cuantos leídos y a cada cual mejor. Has vehiculado a través de un sintecho (creo entender) y nos has llevado de la mano con él a la denuncia y a compartir sus sueños. Enhorabuena :)
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