Pequeños
detalles sin importancia
–Quizás
mañana o dentro de un año. ¿Quién sabe? –anuncia el doctor–, pero algún día
recuperará la memoria.
Mi mujer
se acerca a la cama y me besa.
–No te
preocupes –dice.
Por su
mirada diría que es ella la que no me reconoce. Empieza a mostrarme fotografías
en las que aparecemos sonrientes, abrazados, con la Torre Eiffel o el Coliseo
de fondo. Y yo pregunto, pregunto por el día que nos conocimos, por la fecha de
nuestro aniversario, por las vacaciones que pasamos en Italia, por todo menos
por la mujer que iba en el coche a mi lado.