(*)Texto incluido como comentario al relato Apuntes sobre la evolución de la especie
Cinefilum Amoris, en la segunda rdición de Fuera de Temario.
He descubierto el secreto de Manu Espada. ¿Quieren saberlo? Se lo
contaré, pero antes permítanme que vaya al principio, a cuando nos conocimos.
Fue en 2006, en un taller de la Escuela de Escritores. Desde el primer día a
todos nos sorprendió su imaginación. Mientras que a los demás nos costaba
encontrar una buena idea, a él se le ocurrían a pares. A mí, tanta imaginación,
me tenía fascinado.
Un día, en clase, vi que se anotaba algo en la mano.
-¿Qué haces? –le pregunté.
-Se me había olvidado que tenía que comprarle una cosa a Elena –contestó
ocultando la mano.
Sabía que Elena estaba de viaje y empecé a sospechar. Fue la única vez
que le pillé un fallo de verosimilitud.
“Manu oculta algo”, les comenté a mis compañeros después de clase, en el
bar, cuando desapareció para ir al baño. “Y lo voy a descubrir”.
Desde entonces, con el Colectivo hemos tomado muchas cañas, nos hemos
seguido reuniendo para comentar lo que escribimos y hemos intercambiado correos
pidiéndonos consejos. Recuerdo uno que envió sobre el relato que encabeza este
libro y que, además, da origen a la portada del “bicho palo”. Decía algo así:
“Tengo dos ideas para un relato: un espectador que se convierte en una butaca
de cine y una butaca de cine que se convierte en un espectador. ¿Cuál os gusta
más?” Recuerdo que pensé lo complicado que me parecía sacar adelante cualquiera
de ellas.
Lo hizo. Pronto lo comprobarán. Y cuando leyó el relato en clase, empecé
a comprender: detrás de sus relatos siempre había una idea potente, llamativa
(un jardinero que planta notas musicales, un relojero que roba el tiempo a sus
clientes, un analfabeto que ocupa un sillón de la RAE), con la que atraer al
lector, pero lo importante no era la idea en sí, sino cómo la utilizaba para
hablarte de otros temas y, sobre todo, cómo la exprimía para sacarle el máximo
partido. Vale, había descubierto algo: Manu se trabajaba las ideas, pero… ¿de
dónde las sacaba? Una noche que llevábamos unas copas de más, intenté
sonsacárselo. Tal como imaginaba –sabía que era un gran guionista–, me confesó
que escribía con esquema: planificaba, estructuraba, añadía y quitaba, hasta
que tenía todo claro. Solo entonces se ponía a escribir. Aunque, como podrán
comprobar, esto no se aprecia en el texto. La historia que van a leer fluye
libre, sorprendente, natural, como si te la estuviese contando sobre la marcha.
Solo al final encuentras que todo tiene un sentido. Entonces, vuelves al
principio para descubrir cómo lo ha hecho, buscas los andamios, intentas hallar
algún fallo. Nada. Eso es técnica, la técnica se aprende. Pero ¿puede
aprenderse a tener ideas? Durante un tiempo seguí intentando descubrir su
secreto, pero acabé tirando la toalla, limitándome a disfrutar de sus relatos.
Hasta hace unos días. Por casualidad, vi a Manu en un bar. Había mucha gente y, cuando pude
llegar hasta él, había desaparecido. Miré alrededor y me pareció verlo al lado
de la máquina de tabaco. Me acerqué. Y entonces lo descubrí, descubrí cómo se
camuflaba entre las botellas que se acumulaban en las estanterías detrás del
mostrador, como en esas fotografías de Liu Bolin que seguramente habréis visto
en Internet, como un auténtico “bicho palo”. Se llevó un dedo a la boca y me
guiñó el ojo que tenía justo sobre la etiqueta de un Chivas 10. Entonces
comprendí que se limitaba a escuchar conversaciones, a estudiar a las personas
y a observar la realidad, para devorarla y devolvérnosla transformada. Ahora ya
lo saben, Manu Espada es, en realidad, un auténtico bicho palo.
Ha sido un gran placer participar con este texto en la sorpresa que la editorial Talentura le ha preparado a Manu Espada con motivo de la segunda edición de su libro Fuera de temario. En el Blog de Talentura puedes conocer todos los
detalles de esta edición que incluye nueva portada, proóogo de Isabel González, dos relatos inéditos y comentarios de sus amigos y profesores.
¡Enhorabuena a Manu por ser tan buen escritor y tan buena persona y a Talentura por su 5º aniversario!