Los lunes lleva una vida anodina, ordenando facturas y archivando documentos, enamorada en silencio de un compañero de trabajo diez años más joven que ella, al que nunca se atreve a invitar a salir. Los martes se pone una peluca rubia y gafas de sol y se dedica a robar bancos, irrumpiendo, pistola en mano, en oficinas del BBVA o del Santander, mientras su cómplice espera en un todoterreno a que aparezca con el botín. Los miércoles prefiere ser una abuelita y acude al parque cada tarde a dar de comer a las palomas y hablar del tiempo y de los achaques de la vida, antes de ir a buscar a sus nietos al colegio. Los jueves enseña matemáticas en un instituto público, despeja incógnitas en la pizarra y fantasea con el profesor de biología y el tema de la reproducción. Los viernes se convierte en una maruja de los pies a los rulos y llena las tardes viendo la televisión o cotilleando con los vecinos, si el del quinto ha dejado a su mujer por una colombiana o si a la hija de los del tercero ya se le empieza a notar el bombo. Los sábados se anuncia por palabras en el periódico: Vanessa, piernas kilométricas y curvas de vértigo, francés, griego y hasta latín, y no regresa hasta el amanecer, con el rímel corrido y una carrera en la media. Los domingos, en cambio, en cuanto se despierta, sube de un salto al sofá y se pasa las horas tumbada a mi lado, y yo le acaricio el lomo mientras no para de ronronear.
Qué vida más intensa!!
ResponderEliminarTodo el tiempo pensando en que las siete vidas de un gato eran una detrás de la otra y.... ahora esto. La verdad es que es un notición y me gusta. Muy interesante tener tantas vidas y aún tiempo una vida tan ordenada para recordarlas todas.
Un beso, Luisa.
Una vida intensa, sí, como debe ser la vida de cualquier gato y de cualqueir escritor. Gracias, Luisa, por pasarte.
EliminarFantástico. Interpretar las siete vidas en un sentido literal. Jugar con el lenguaje y con el lector, con el tópico y con laobservación Personal. Vaya lujazo de relato.
ResponderEliminar¡EH! Jose, qué lujazo verte por aquí. Me alegro que te guste. A ver si nos tomamos unas cañas un día.
EliminarDon Ernesto, me parece destacable cómo has hilado las siete vidas del gato -o debería decir la pantera- con los días de la semana, todo ello maravillosamente trenzado con una prosa y un ritmo que ayudan al lector a deslizarse buscando el final.
ResponderEliminarMis aplausos.
Un abrazo,
A veces una gatita es más peligrosa que una pantera. Gracias por el comentario, don Pedro, pero deme usted un poco de caña, que al final me lo voy a acabar creyendo.
EliminarMuy completo este recorrido por las sietes vidas de esta gata. Me gustó todo el micro y ese sorprendente final.
ResponderEliminarBesitos
Gracias por la visita, Elysa. ME alegro que te guste esta gata tan salada. Últimamente no tengo tiempo de pasar por vuestros blogs. A ver si me pongo al día.
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