Me pasé todo el tiempo utilizando el futuro perfecto en lugar del presente simple. Ahorré para que viajásemos juntos a París en vez de llevarla cada noche al paraíso. Me aprendí su biografía antes que el mapa de lunares de su espalda. Ayer me dejó. Todo se acaba: la primavera, la pasta de dientes y el amor. Debería haber vivido cada momento como si fuese el último, pero cuando le bajé la cremallera del vestido por primera vez, sólo encontré una mariposa tatuada en el hombro. Nada que dijese: consumir preferentemente antes de ocho semanas.
Este relato se llevo el Primer Premio el año pasado en el concurso de microrelatos de SER Madrid Norte “Amor Canalla” con motivo de San Valentín.
Un texto Ernesto Ortega puro, genial.
ResponderEliminarUna maravilla! Y un abrazo
ResponderEliminarLegendario y antológico también. Enhorabuena, púgil.
ResponderEliminarNo me sorprende que lo premiaran, Ernesto.
ResponderEliminarEste micro es para enmarcar.
Un abrazo.
Símplemente genial esa sucesión de imágenes que componen la historia, París, el paraíso, las mariposas.... Me encantó
ResponderEliminarsaludillos
Visual, veloz y con un potente final, no me extraña que lo premiaran.
ResponderEliminarBesitos
Me alegro de que guste. Espero que todos hayáis pasado un feliz San Valentín.
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