Cada mañana, cuando se levanta, pinta una raya en la pared del salón. Cuando lleva cuatro, las atraviesa con un trazo horizontal. Así todos los días desde que le concedieron la hipoteca a 40 años.
Cada día me peleo con mi sombra por seguir escribiendo. Disfruten del combate.
¡BIENVENIDOS A ESTE RING!
Tomen asiento, señoras y señores. ¡Bienvenidos a este ring! Griten, animen, protesten, expresen, alienten, inciten, espoleen, vociferen, pinchen, empujen, abucheen, aclamen, comenten, reivindiquen, pateleen, piten, abronquen, reprochen, aplaudan... ¡Esto es pasión por la literatura!
jueves, 27 de octubre de 2011
sábado, 22 de octubre de 2011
36ª ASALTO: SIMETRÍAS
Yo saltaba y tú me cogías en el aire, fundiéndonos en un único ser. Movimientos sincronizados que habíamos ensayado cientos de veces. Lo nuestro se acabó en el instante en que te giraste para mirar a la chica de la primera fila que llevaba semanas asistiendo a las funciones.
miércoles, 19 de octubre de 2011
35º ASALTO: ALMAS GEMELAS
Cuando subo las escaleras, tú también te sofocas; si bebes vino, soy yo la que acaba emborrachándose; me resfrío y enseguida empiezas a estornudar; vas al fútbol y al día siguiente estoy afónica; pero cuando te acuestas con otras, mis gritos nunca son de placer.
jueves, 13 de octubre de 2011
34º ASALTO: REVOLUCIÓN CULTURAL
Hartos de tanta literatura banal, decidieron pasar a la acción. Un adjetivo antepuesto en la página 36 del último Premio Planeta, cargado de cloratita, dejó sin dientes a numerosos lectores y tres verbos bomba, camuflados en un best seller, hicieron temblar el sector editorial. Había comenzado la revolución.
viernes, 7 de octubre de 2011
33º ASALTO: HISTORIA DE A
Hache apareció en la vida de A sin hacer ruido, sorprendiéndola con su aparente timidez, para sacarla de su aburrimiento, pero también para despertar sus miedos y dudas. Cuando consiguió que gritase de placer, la abandonó en silencio, devolviéndola de nuevo a la soledad más absoluta.
miércoles, 5 de octubre de 2011
32º ASALTO: LA TRAMPILLA
Fue mi hijo el que la descubrió en el interior de un armario empotrado, mientras deshacíamos las cajas de la mudanza.
-Mira, papá. Una trampilla secreta.
Estaba a media altura y nos había pasado desapercibida hasta entonces. Tuve que hacer un gran esfuerzo para abrirla. Cuando lo logré, un haz de luz me dio en el rostro, a pesar de que hacía un buen rato que había anochecido. Nos asomamos y una mariposa se posó en mi nariz. Allí había un enorme jardín secreto, lleno de plantas y árboles. Una oveja pastaba en la hierba y podíamos escuchar el canto de los pájaros. Al fondo, en la rama de un árbol, distinguimos un mono diminuto que nos observaba con la misma curiosidad que nosotros a él. De repente, oímos un rugido y un tigre de Bengala apareció frente a la trampilla. Se abalanzó sobre nosotros, pero conseguimos cerrarla antes de que pudiese alcanzarnos. Decidimos llamar a la policía. A la mañana siguiente se presentaron dos inspectores en casa. Les invitamos a pasar y les mostramos la trampilla. Se limitaron a ponernos una multa por realizar obras sin permiso y tener animales sin licencia.
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