"La noche es una estrella en tu cucharilla, y ésta va por la bella Josefina...”. Y el niño abre la boca. Y Miguel aprovecha. Todo con tal de no hacerle el avión. Los aviones todavía le recuerdan el zumbido de las bombas y de las balas y de los cuerpos en tierra.
“Florecerán los besos sobre las almohadas, si te tomas otra cuchara...”.Y el niño se ríe.Y Miguel también.
“Ríete niño, ríete siempre...”, le dice, allí donde estén, el poeta a su hijo mayor.
Un pequeño homenaje a un gran poeta.
Relato presentado esta semana al concurso Relatos en Cadena, de la Ser, con "La noche es una estrella en tu cucharilla" como frase de inicio.
Suerte! :)
ResponderEliminarYa no hace falta. El pescado está vendido. Pero gracias...
ResponderEliminarGran homenaje a un gran poeta. Recuerdo que una vez contó el periodista Tico Medina que estaba haciendo un reportaje cuando encontró en un pueblo a una viejita que resultó ser la viuda de Miguel Hernández. Emocionante.
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