Apareció un día cualquiera de primavera en la Plaza de Mayo, subido en un pequeño pedestal. Iba vestido de época y se había pintado de gris desde el sombrero a las botas. Permanecía inmóvil con la mano en el cinto, dispuesto a sacar la espada ante cualquier afrenta, y sólo cambiaba de posición al ritmo de las monedas que dejaban en el suelo los turistas, los niños y algunos curiosos. Bastaba un ligero "clin" para que desenvainase y se batiese, con gran destreza y agilidad, contra un enemigo imaginario. Después, volvía a envainar la espada, fijaba la mirada en un lugar de la plaza y se quedaba quieto. Cuando se declaró la crisis y faltaron las monedas, no se bajó de su pedestal. Desde entonces las palomas se apoyan en él y un empleado del ayuntamiento viene, cada tres o cuatro días, a pasarle un trapo y sacarle brillo.
Este relato consiguió el Primer Premio en el III Certamen de Microrrelatos de la Fería del Libro de Granada. Lo escribí en 2004, en pleno corralito, y parece que sigue de completa actualidad.
Cada día me peleo con mi sombra por seguir escribiendo. Disfruten del combate.
¡BIENVENIDOS A ESTE RING!
Tomen asiento, señoras y señores. ¡Bienvenidos a este ring! Griten, animen, protesten, expresen, alienten, inciten, espoleen, vociferen, pinchen, empujen, abucheen, aclamen, comenten, reivindiquen, pateleen, piten, abronquen, reprochen, aplaudan... ¡Esto es pasión por la literatura!
jueves, 28 de abril de 2011
sábado, 23 de abril de 2011
13º ASALTO: BIBLIOGRAFÍA (RELATO-CONCURSO PARA EL DÍA DEL LIBRO)
Sorteo un libro para celebrar el Día del Ídem
¿Sabes cuántos títulos aparecen en el Relato Bibliografía? Cuenta, cuenta...
Todos los comentarios recibidos hasta el 30 de abril con la respuesta correcta participarán en el sorteo de un libro. El ganador podrá elegir uno de estos tres ejemplares de tres de los mejores autores de relato en castellano:
-La bicicleta estática, de Sergi Pàmies (Anagrama)
-Alumbramiento, de Andrés Newman (Páginas de Espuma)
-El pez volador, de Hipólito G. Navarro (Páginas de Espuma)
BIBLIOGRAFÍA
Todo empezó el día que me apunté a las clases de El maestro de esgrima. Allí estaba Lolita, entre Los hermanos Karamazoff y un tal Wilt. Me enamoré de ella y, aunque en todas mis relaciones había llevado La voz cantante, me hizo sentir Menos que cero. Para olvidarla visité a La muchacha de las bragas de oro y decidí hacer un Viaje a la Alcarria por Carreteras secundarias. Pronto noté La metamorfosis. Busqué trabajo en Las minas del rey Salomón, soporté Un invierno en Lisboa, pasé temporadas estupendas en Obabakoak y escuché tocar a El hijo del acordeonista. Hasta tuve un romance con La dama del perrito y le regalé Tres rosas amarillas. Pero quería emociones más fuertes y me propuse dar La vuelta al mundo en 80 días. Me rondó la Muerte en Venecia, compartí habitación con Dos mujeres en Praga y tomé un café con El hombre que inventó Manhattan en el 84, Charing Cross Road. Durante El día de la independencia me quedé dormido en El lado más frío de la almohada. Cuando me desperté, me perseguían unas Putas asesinas. Escapé a La velocidad de la luz de La sombra del viento y me subí a Un tranvía en SP, que me llevó hasta La montaña mágica. ¡Qué vistas! Desde la cima se divisaba la playa y pude ver a Kafka en la orilla, discutiendo con Los buscadores de conchas. He pensado permanecer algún tiempo por aquí. Llevo una vida demasiado intensa, ¿no creen? Después de cincuenta años detrás de este mostrador, necesito un descanso. Ahora que me voy a jubilar sólo quiero que me dejen pasar mis Últimas tardes con Teresa.
¿Sabes cuántos títulos aparecen en el Relato Bibliografía? Cuenta, cuenta...
Todos los comentarios recibidos hasta el 30 de abril con la respuesta correcta participarán en el sorteo de un libro. El ganador podrá elegir uno de estos tres ejemplares de tres de los mejores autores de relato en castellano:
-La bicicleta estática, de Sergi Pàmies (Anagrama)
-Alumbramiento, de Andrés Newman (Páginas de Espuma)
-El pez volador, de Hipólito G. Navarro (Páginas de Espuma)
BIBLIOGRAFÍA
Todo empezó el día que me apunté a las clases de El maestro de esgrima. Allí estaba Lolita, entre Los hermanos Karamazoff y un tal Wilt. Me enamoré de ella y, aunque en todas mis relaciones había llevado La voz cantante, me hizo sentir Menos que cero. Para olvidarla visité a La muchacha de las bragas de oro y decidí hacer un Viaje a la Alcarria por Carreteras secundarias. Pronto noté La metamorfosis. Busqué trabajo en Las minas del rey Salomón, soporté Un invierno en Lisboa, pasé temporadas estupendas en Obabakoak y escuché tocar a El hijo del acordeonista. Hasta tuve un romance con La dama del perrito y le regalé Tres rosas amarillas. Pero quería emociones más fuertes y me propuse dar La vuelta al mundo en 80 días. Me rondó la Muerte en Venecia, compartí habitación con Dos mujeres en Praga y tomé un café con El hombre que inventó Manhattan en el 84, Charing Cross Road. Durante El día de la independencia me quedé dormido en El lado más frío de la almohada. Cuando me desperté, me perseguían unas Putas asesinas. Escapé a La velocidad de la luz de La sombra del viento y me subí a Un tranvía en SP, que me llevó hasta La montaña mágica. ¡Qué vistas! Desde la cima se divisaba la playa y pude ver a Kafka en la orilla, discutiendo con Los buscadores de conchas. He pensado permanecer algún tiempo por aquí. Llevo una vida demasiado intensa, ¿no creen? Después de cincuenta años detrás de este mostrador, necesito un descanso. Ahora que me voy a jubilar sólo quiero que me dejen pasar mis Últimas tardes con Teresa.
jueves, 21 de abril de 2011
12º ASALTO: LA PARTIDA
Todos apretujados en aquel enorme congelador de un bar de mala muerte a las puertas del cielo, mientras en una mesa coja se juegan nuestras almas al póquer. Dios lleva una mala racha que le ha costado millones de almas y el Diablo se burla de Él, tarareando esa música infernal que tanto detesta, los ABDC o como se llamen, mientras bebe, fuma y se pasa la prohibición por el rabo. Dios sabe que bastaría un sencillo milagro para pillar cuatro ases y ganar sin problemas, pero no puede hacer trampas. ¡Mierda de cartas!, piensa. Daría medio reino por pedirse un whisky y poder decir tacos.
lunes, 18 de abril de 2011
GANCHO DE IZQUIERDAS: LA CHIMENEA
Les prometió un chalet con chimenea y piscina. Y casi lo consigue, piensa, mientras enciende una hoguera debajo del puente.
Finalista semanal en el concurso Cuenta 140
Finalista semanal en el concurso Cuenta 140
miércoles, 13 de abril de 2011
GANCHO DE IZQUIERDAS: EL TRUCO FINAL
El mago pasaba tanto tiempo perfeccionando sus trucos que una noche, en plena función, con el público puesto en pie, su mujer desapareció con el hombre bala.
domingo, 10 de abril de 2011
11ºASALTO: RESCISIÓN DE CONTRATO
-Lo podemos superar, Laura, no digas que estamos en crisis. Esto sólo es un proceso de desaceleración amorosa o un periodo de dificultades sentimentales. ¡Vamos, un bache! Son los ciclos de la pareja, pero entre los dos saldremos adelante.
-Mira, Alberto, voy a reajustar mi vida sentimental. Ya puedes buscarte a otra que te aguante. Acabas de incrementar la estadística de separados. Estás despedido.
miércoles, 6 de abril de 2011
10º ASALTO: MISS BLACK y EL SR. DECKER
Su padre era americano y ella había salido ligeramente más morena que la más morena de sus compañeras de clase. Por eso, muy pronto todas comenzaron a llamarla Blacky. La Y se le fue cayendo poco a poco, a la vez que su cuerpo se iba desarrollando, hasta que se convirtió en Miss Black y se hizo profesora de inglés.
Cuando su padre lo cogió en brazos, nada más nacer, comprobó que había venido al mundo con una buena herramienta. A los 14 años, las duchas pusieron a todos los miembros de los miembros del equipo de fútbol del colegio en igualdad de condiciones y él se ganó el sobrenombre de Sr. Decker.
Él se apuntó a una academia de idiomas y ella le enseñó a decir I love you. Descubrieron que estaban hechos el uno para el otro. Ahora son dos grandes estrellas. Una vez al mes actúan en la sala Paradis: Miss Black y el Sr. Decker. Sexo en vivo. Aunque casi nunca quedan entradas.
domingo, 3 de abril de 2011
GANCHO DE IZQUIERDAS: LA GATA
En su huida la gata saltó desde el tejado de zinc, rasgó la pantalla con las uñas, corrió por las butacas y se lanzó a los brazos del acomodador.
Con este microrrelato-homenaje he participado, sin éxito, en el Cuenta 140 de esta semana.
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